miércoles, 10 de julio de 2013

En el día del árbol


Por: Sylvia Teresa Manriquez


Árbol.

Llegar a tu encuentro es hacer un alto en este día, detener el momento.
Saludarte, conocernos, acercarme. Me permites tocarte. Siénteme. Aquella niña que se trepaba a tus ramas para cazar chicharras. A la que el viento jugando en tus ramas alborotaba el cabello, lo mismo que ahora.
Mírame, traigo a la adolescente enamorada que conoció bajo tu sombra el primer beso de amor. No tenía sabor y tú me confortaste como en un generoso abrazo.
Tengo aquí a la joven que apasionada se miró desnuda en los ojos de su amado, en el tálamo de tus raíces cómplices.
Déjame abrazarte. Olvidar calles, nombres, horarios, gente.
Permite fluir a tu ritmo, madurar a tu imagen. Arraigada a esta tierra pero libre para atisbar el destino entre tus ramas.
Pegada a tu tronco, los pies en la tierra como tus raíces, la respiración cual aire que baja de tus ramas.
Fluyendo en este instante, como savia en tus venas.

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